Información privilegiada de un diplomático chileno
Por Pascale Bonnefoy
Por orden de Hitler, entre 1940 y 1941 las embajadas, consulados y funcionarios extranjeros de los países neutrales en la Segunda Guerra Mundial abandonaron los territorios ocupados por el régimen nazista para trasladar su actividad diplomática a la Cancillería de Berlín. Sin embargo, un diplomático de un país neutral pudo permanecer en su puesto, con la venia de Berlín y gracias a la actitud "más que correcta, amistosa" 1, del gobierno alemán con ese país: Gonzalo Montt Rivas, cónsul de Chile en Praga 2. Las comunicaciones de Montt con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile durante 1941 muestran hasta qué punto un "observador neutral" podía penetrar en los planes del Nazismo para la exterminación de judíos.
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