Las mil y una estafas de Enron
Por Thomas Franck*
La escandalosa quiebra de la primera eléctrica de Estados Unidos, que dejó en el desamparo a miles de trabajadores y ahorristas, es otra muestra de las turbias relaciones del mundo de las finanzas con el poder. Mientras la Casa Blanca se resiste a entregar la documentación que le exige el Congreso y un testigo clave, John Clifford Baxter, sufre una muerte dudosa, la opinión pública estadounidense empieza a cuestionar la imagen del presidente George W. Bush en un año electoral.
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«Creo en Dios y en el mercado», afirmaba hace un año Kenneth Lay, presidente de Enron1. Asimilando a Jesucristo a una suerte de liberal-libertario fin de siglo, este titán del sector de la energía agregaba: «Él quería que la gente pudiera elegir». Enron se consagra pues al trabajo del Señor...
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