El talento emerge de la censura
Por Bérénice Reynaud*
Desde el comienzo de la década del ´90 conviven en China con dificultad dos sectores: el cine oficial, a veces taquillero, pero que sólo posee un valor artístico mediocre, y un cine independiente y contestatario, a menudo prohibido, pero sostenido por un circuito de distribución underground y premiado en los festivales internacionales.
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En 1993, una reforma en la industria cinematográfica exigió a los estudios rentabilidad, algo imposible de lograr para la mayoría. Por eso, comenzaron a vender sus «cuotas de producción» a las productoras privadas, a cambio de que sus nombres apareciesen en los créditos como «coproductores». Finalmente, en 2001, se modificó...
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