Una industria caníbal
Por Eduardo Galeano*
POST TYPE: post
En junio pasado, un jugador de Camerún, Marc Vivien Foe, cayó fulminado en el estadio de Lyon. No fue víctima de ninguna patada criminal. Nadie lo había tocado. Foe murió por extenuación. El ritmo de la Copa de Confederaciones, un partido tras otro, acabó con él.
Ningún informe médico dirá que...
Si querés seguir leyendo
O
Si ya sos suscriptor,
entrá aquí
Más notas de la edición Edición AGOSTO 2003
Destacadas del archivo




