A 10 años de un genocidio anunciado
Por Colette Braeckman*
¿Un millón de muertos en cien días y el mundo no sabía nada? Desde la independencia, en 1962, todos los que se interesaban en Ruanda sabían que algo se estaba tramando. La indiferencia, la ceguera y los intereses de las grandes potencias se entramaron de tal modo que resultó imposible impedir uno de los genocidios más fulgurantes de la historia. A una década de los hechos, las autoridades ruandesas se esfuerzan por recomponer el país en un contexto regional complejo, mientras las potencias asumen tibiamente su responsabilidad.
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Ya en 1959 los hutus, asistidos por los belgas -que habían apostado a esa mayoría étnica- habían echado del país a más de 300.000 tutsis. Desde que, en octubre de 1990, entró en la guerra el Frente Patriótico Ruandés (FPR, una organización político-militar que luchaba por el retorno de los...
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