Argentina, atada de pies y manos
Por Alberto J. Sosa*
Durante la década de 1990 Argentina firmó Tratados de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (TPPRI) con 56 países, incluidos los principales del mundo, que confieren al inversor extranjero una serie de prerrogativas inadmisibles. Todos ellos obtuvieron la respectiva aprobación parlamentaria y se renuevan automáticamente, pero muchos han vencido, por lo que el Congreso los puede derogar. En Brasil, el Congreso los rechazó todos por inconstitucionales.
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Argentina no usó un formato único de TPPRI, porque la característica de cada uno dependió de la capacidad de cabildeo del país co-contratante. Sin embargo, todos ellos contienen una definición muy amplia respecto de lo que se considera «inversión» y reconocen a los «inversores» derechos de protección con un estándar...
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