«Hacer que el preso huela a preso»
Por Jean-Marc Rouillan*
El fortalecimiento de los "Estados penales" tiene una de sus manifestaciones más claras en la concepción de la cárcel como solución a todo y organizadora del apartheid social. En prisiones superpobladas, los detenidos son objeto de violencias cotidianas y están sometidos a coacciones económicas y extorsiones judiciales. Renace la noción premoderna de la cárcel como sitio de sufrimiento.
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En el lapso de diez años, las condiciones carcelarias se deterioraron considerablemente en Francia. Ni los trabajos de las sucesivas comisiones parlamentarias ni las grandes proclamas humanistas lograron frenar esa degradación; tampoco demorarla. Recientes medidas aun más represivas vuelven más penosa una situación ya intolerable. La política actual, presentada por...
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