Pensar lo impensable
Por Serge Halimi*
En los últimos treinta años, el ultraliberalismo impuso su pensamiento; creó un mundo basado en el individualismo, más calculador, menos solidario. Rechazó en nombre del mercado y de las cuentas fiscales ordenadas toda medida destinada a mejorar la vida de los ciudadanos y de los desamparados del mundo. Era sencillamente imposible. Logró al contrario una fabulosa transferencia de recursos del bien público a los bolsillos privados, invirtiendo la lógica de la redistribución. Hoy, la trampa se ha desarmado. En nombre de los bancos, todas las reglas se han infringido. Sin embargo, los ideólogos del capitalismo pretenden salvarlo con un simple lavado de cara. ¿Dónde está la izquierda?
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Así que todo era posible. Una masiva intervención financiera del Estado. El olvido de las obligaciones del pacto de estabilidad europeo. La capitulación de los bancos centrales ante la urgencia de una reactivación. Poner en la mira a los paraísos fiscales. Todo era posible porque había que salvar a los...
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