El buen ejemplo francés
Por Pierre Rimbert*
En momentos en que los Estados nacionales tratan de recuperar de manos de los mercados la dirección de la economía mundial, se plantea la pregunta del millón: ¿por qué diablos se la confiaron? El caso de Francia después de la Segunda Guerra Mundial es esclarecedor. Tras el Estado, prevalecieron los bancos, en una economía que seguía siendo dirigida, hasta que en los años '80, se impusieron los mercados.
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Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el financiamiento de la economía francesa se ha representado en tres actos, dominados por tres actores: el Estado, los bancos y los mercados financieros. Durante la reconstrucción, el Estado recaudó dinero en instituciones públicas (el Correo, la Caja de Depósitos), y después...
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