Por unos tomates más
Por Aurel y Pierre Daum, enviados especiales*
Los actuales hábitos de consumo tienen sus consecuencias. Por ejemplo, cuando un francés compra un kilo de tomates en invierno, además de pagar por un producto insípido se lleva consigo la feroz explotación de los inmigrantes en España y de los camioneros de Europa del Este, y los pingües beneficios de la gran distribución. Al hacer las compras, es necesaria una reflexión ciudadana sobre las consecuencias de la globalización de los intercambios comerciales.

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Todos los años lo mismo. A partir de octubre, los tomates del país, es decir producidos localmente, desaparecen poco a poco de las góndolas de los mercados y supermercados de Europa Occidental, para dar lugar a un único producto: el tomate español 1, duro, crocante o harinoso, sin verdadero gusto...
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