“¡Democracia Real Ya!”

Desde el 15 de mayo pasado, en las plazas de decenas de ciudades españolas, hartos ya de un futuro sin promesas miles de jóvenes han manifestado, con un idealismo desbordante y una imaginación contagiosa, su decepción ante un sistema democrático a la deriva y sus propuestas políticas para construir una sociedad más justa y humana. Esta original forma de protestar se inspira en la “revolución democrática islandesa” y en las recientes “revoluciones árabes”, pero surge de la dura realidad local: un 43% de desempleo juvenil y los destrozos sociales causados por los planes de austeridad impuestos por un gobierno socialista a las órdenes de los mercados financieros.