Brasil, campeón de la especulación urbanística
Por Nazaret Castro*
En 2016, Río de Janeiro albergará los Juegos Olímpicos. Y dos años antes, doce ciudades brasileñas oficiarán de sedes de la Copa Mundial de la FIFA. Ambos megaeventos deportivos internacionales generan inversiones masivas que permiten al país anfitrión soñar con un desarrollo sustentable y su definitiva consagración en la elite de las potencias mundiales. ¿Pero a quién beneficiarán? Las inversiones inmobiliarias se disparan y todo indica que apuntan a generar inmensas ganancias, y no a resolver problemas centrales de infraestructura para amplias franjas de la población.
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Cuando, en octubre de 2009, Río de Janeiro fue elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2016, la playa de Copacabana se convirtió en una fiesta. “¡Llegó nuestra hora! Será una oportunidad sin igual. Aumentará la autoestima de los brasileños, consolidará conquistas recientes, estimulará nuevos avances”, se emocionó el entonces...
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