El país de la felicidad en crisis existencial
Por Hélène Ferrarini*
Con escasa población y baja natalidad, el pequeño reino de Bután, enclavado entre China e India, corre riesgo de desaparecer por la constante emigración de su juventud. Pese a “venderse” ante el mundo como el país de la felicidad, no logra generar empleos de calidad ni divisas y explora soluciones económicas extravagantes.
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Hace cincuenta años era un pequeño pueblo de montaña rodeado de campos; hoy, la urbanización ha llegado al fondo del valle, cuyas laderas están cubiertas de bosques. Timbu sigue siendo una ciudad tranquila. La capital de Bután, con 150.000 habitantes, no tiene nada que ver con las bulliciosas metrópolis asiáticas....
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