Presidentes acorralados
Por Ignacio Ramonet*
A la mundialización económica, que ha dado lugar a un amplio y difuso movimiento antimundialización (que se manifestó por última vez contra la Cumbre de los 8 en Génova, del 20 al 22 de julio pasado), corresponde una mundialización de la justicia. A pesar de las controversias que ha desatado, sería difícil no reconocer tras ella una exigencia moral, que constituye un paso adelante en la lucha contra la impunidad. El cuestionamiento de figuras políticas que han ocupado los más altos rangos del poder empezó con acusados de crímenes de lesa humanidad -como el caso emblemático de Augusto Pinochet- pero se extiende a Presidentes democráticamente elegidos acusados de graves hechos de corrupción, como el argentino Carlos Menem y el peruano Alberto Fujimori, el primero detenido y el segundo en fuga.
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Perseguido por jueces y hostigado por los medios de comunicación, el presidente de Francia Jacques Chirac está lejos de ser el único presidente acorralado del mundo. En todas partes, bajo una u otra forma, presidentes a veces en ejercicio y democráticamente electos son importunados, acusados, hostigados sin contemplación alguna por...
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