Jenín, un crimen de guerra
Por Amnon Kapeliouk*
Terje Roed-Larsen, jefe de la misión de las Naciones Unidas en Jerusalén, describió la destrucción de Jenín por parte del ejército israelí como "moralmente repugnante" (The New York Times, 24-02-02). Durante once días se impidió el ingreso de observadores al campo de refugiados, completamente devastado. "Combatir el terrorismo no da carta blanca para matar civiles", subrayó Roed-Larsen. El ministro de Relaciones Exteriores de Israel calificó la operación como "masacre", y se mostró alarmado por el efecto que tendrá sobre la opinión pública internacional.
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El paisaje desafía toda imaginación. Una encarnación del horror, una visión posterior al huracán. Casas destruidas, total o parcialmente, restos de cemento y de hierro, cables eléctricos entremezclados. Autos pulverizados por los tanques o los misiles agregan una dimensión de barbarie a este espectáculo espantoso. Un olor áspero de cadáveres...
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