Inflexión estratégica en el Episcopado argentino
Por Hernán Brienza*
Uno de los aspectos políticos más notorios del primer año de gobierno de Néstor Kirchner es la ausencia casi total de comunicación entre el Estado y la Iglesia católica argentina, la iglesia oficial. Tanto el Presidente como la jerarquía eclesiástica se miran con desconfianza y han tenido muy pocos contactos personales. En un país donde el 90% de los ciudadanos se reconoce como católico (aunque los practicantes son muchos menos), ese distanciamiento es más que sintomático y dice mucho de las posiciones que han tomado unos y otros en el juego del poder.
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Kirchner considera a la Iglesia como «una corporación a la que es mejor tener lejos» para que no se produzcan encontronazos como los que desembocaron en el tirón de orejas que el papa Juan Pablo II le hizo al canciller Rafael Bielsa por el tema del aborto en pleno Palacio...
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