Un Congreso ausente
Por Gonzalo Álvarez Guerrero*
Uno de los tres pilares de la República, el Congreso Nacional, ha devenido una caricatura de sí mismo. Al menos desde 1990, funciona como una simple correa de transmisión del Poder Ejecutivo. Es decir, ha renunciado a su misma razón de ser. Ausentismo, ignorancia, pesadez, clientelismo, corrupción. ¿Ayudará el resultado de las elecciones legislativas de este mes a mejorar esa situación?
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El 29 de diciembre de 2004, el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) vetó la Ley 25.984, que el Congreso Nacional había sancionado trece días antes. No era la primera vez -ni fue la última- que ocurriría. Pero en este caso, lo singular es que esa ley había sido propuesta por la...
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