Hasta dónde obedecer a la ley
Por Nuri Albala y Evelyn Sire-Marin*
En febrero de 2006 la justicia francesa embargó a varios responsables de haber arrancado plantas transgénicas, a quienes condenó a pagar 250.000 euros en concepto de daños e intereses a las empresas Société y Biogemma. La desobediencia civil es reivindicada también por grupos reaccionarios, como los opositores al aborto. ¿Con qué criterios objetivos cabe entonces legitimar una transgresión de la ley?
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Desde los grupos que arrancan las plantas de maíz transgénico hasta las asociaciones que, como Droit au logement (DAL, Derecho a la vivienda), ocupan departamentos vacíos, la desobediencia a la ley se ha convertido en Francia en una forma frecuente de acción política y social. Para justificarla se invocan razones...
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