La nefasta destrucción del ferrocarril
Por Julio Sevares*
El lock-out agrario puso de manifiesto las graves distorsiones del sistema de transporte de cargas: su concentración en el segmento automotor y su vulnerabilidad ante las interrupciones de ruta. La situación es el producto de décadas de políticas destinadas a privilegiar las industrias automotriz y petrolera a costa del ferrocarril, y que acabaron en un modelo costoso para los ciudadanos, la producción, el Estado y el medio ambiente. El proyecto de instalar un tren de alta velocidad revela la falta de una política integral de transporte: ese tren será un costoso injerto en una red ferroviaria destrozada y absorberá recursos que podrían dedicarse a recomponer la red existente.
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En Europa, desde el siglo XIX el desarrollo del ferrocarril tuvo un papel determinante en la unificación del espacio geográfico, decisivo para el aumento de las transacciones económicas y la consolidación del Estado-nación. En Argentina y otros países periféricos los ferrocarriles, como las redes viales o los enclaves portuarios, se...
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