En Chicago, la lucha sindical dio sus frutos
Por Peter Dreier*
Al designar a Hilda Solís como ministra de Trabajo, Barack Obama satisfizo a los sindicatos y alarmó a los lobbies patronales. Aun cuando sus primeras orientaciones económicas y financieras parecen bastante "centristas", el ingreso en su gabinete de una representante hispánica de Los Ángeles que no dudó, hace algunos años, en desfilar junto a empleadas domésticas en huelga, es un signo de que la Casa Blanca ya no será enemiga de los sindicatos. La ocupación de una fábrica de ventanas en Chicago confirma esta sensación.
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A principios del mes de diciembre pasado, tras el brutal anuncio de su despido, doscientos cuarenta obreros de la empresa Republic Windows & Doors, en Chicago, ocuparon ilegalmente su fábrica durante seis días. Todos son miembros de la United Electrical Radio and Machine Workers of America (UE), pequeño sindicato muy...
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