El fracaso de Mani Pulite
Por Francesca Lancini*
Un lugar común sostiene que un dirigente adinerado nunca será corrupto pues no necesita robar para enriquecerse. La política italiana es una demostración contundente de su falacia. Hace dieciocho años, los magistrados italianos lanzaban una ofensiva sin precedentes contra la corrupción de la clase política. Su victoria fue pasajera. Hoy, las leyes se hacen a medida.

POST TYPE: post
En 1992, un grupo de jueces presidido por Francesco Saverio Borrelli, jefe de la Fiscalía de Milán, se lanzó al combate contra la corrupción. Sacó a la luz un gigantesco sistema de sobornos entre políticos e industriales bautizado Tangentopoli (de tangente, «soborno» en italiano, y polis, «ciudad» en griego), en...
Si querés seguir leyendo
O
Si ya sos suscriptor,
entrá aquí
Más notas de la edición Edición JUNIO 2010
Destacadas del archivo



