LOS NUEVOS MIEMBROS DEL BURÓ POLÍTICO 

China estrena equipo 

Por Any Bourrier*
Tras un año de cambios radicales, China conoció su nueva dirigencia. Pero ante los grandes desafíos que enfrenta este sistema casi agotado, el nuevo gobierno deja más dudas que certezas…
Celebración por el 59º aniversario de la República Popular China, Qingdao, Provincia de Shandong, 1-10-08 (Li Zheng/Xinhua Press/Corbis)

Tras un año de cambios radicales, marcado por una sucesión de escándalos y luchas entre bastidores, por fin China conoció a su nuevo equipo dirigente, que estará al mando por los próximos diez años.

Al término del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista Chino (PCC), Xi Jinping fue elegido secretario general. En marzo de 2013, en la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular, Xi Jinping pasará a ser plenamente presidente del país, escoltado por el primer ministro, Li Keqiang. Es la quinta generación de líderes comunistas, desde aquella de los fundadores –los históricos revolucionarios que, en torno a Mao Zedong y Deng Xiaoping, conformaron esta potencia emergente, hoy segunda economía mundial–.

Xi – sucede pues a Hu Jintao y, tras haber sido designado a la cabeza de la Comisión Central Militar, también toma el control del ejército. A primera vista, tendrá un poder extraordinario, ya que será al mismo tiempo jefe del Partido –actualmente transformado en aparato de poder– y del Ejército Popular de Liberación Nacional. Sin embargo, dado que Deng Xiaoping había impuesto un sistema colectivo de decisión para evitar los riesgos de un poder personal a lo Mao, China pasó a ser gobernada por un grupo de hombres cooptados. Ellos forman el Comité Permanente del Buró Político (CPBP), cuyo número fue reducido de nueve a siete miembros. Su composición es el resultado de delicadas negociaciones donde la representación de las corrientes tiene que ser equilibrada y reflejar todas las tendencias (oficiosas) en el seno del PCC.

Los miembros del Comité

Entre los cinco nombres elegidos para enmarcar al dúo Xi Jinping/Li Keqian, se encuentran dos personalidades muy contrastadas. Wang Qishan, ex viceprimer ministro, economista, es uno de los representantes del “partido de los príncipes herederos”, esa famosa aristocracia roja que acaparó los puestos y las prebendas. Se lo considera reformador, suponiendo que esta categorización tiene algún sentido en China… Estará a cargo de la lucha contra la corrupción. Liu Yunshan, considerado conservador, surgió de la Liga de la Juventud Comunista, responsable hasta entonces del departamento de propaganda que controla estrechamente la prensa e internet.

Otro recién llegado, Zhang Dejiang, calificado de intransigente, proviene también del “partido de los príncipes herederos” y egresó de la Universidad Kim Il Sung de Pyongyang. Su llegada al Comité Permanente recompensaría los servicios prestados tras el escándalo y caída de Bo Xilai, a quien reemplazó a la cabeza de la municipalidad de Chongqing (véase Patrick Boehler, “Fils de princes, affaires et corruption”, septiembre de 2012).

En cuanto a Wang Yang, considerado como el más reformador debido a sus posturas en la provincia de Canton, donde es secretario del Partido, no accedió a las más altas funciones que muchos creían que alcanzaría. Considerado uno de los hijos espirituales de Hu Jintao, Wang Yang se impuso como el líder de la reforma y del Estado de Derecho. En 2010 publicó el presupuesto de la provincia, hasta entonces secreto de Estado. Luego, en 2011, administró hábilmente (algunos dicen que en su beneficio) la crisis de Wukan. Expoliados de las tierras comunales, los campesinos se habían rebelado, obteniendo elecciones libres y la renuncia de los caciques. Con la aprobación de Wang, uno de los dirigentes de la revuelta fue así promovido a secretario del Partido.

Por último, los dos personajes menos conocidos por el público en general son Yu Zhengsheng, alcalde de Shanghai, y Zhang Gaoli, alcalde de Tianjin, puerto cercano a la capital china. Ambos fueron nombrados este año por primera vez en el Comité Permanente. Una vez más habrá que señalar que ninguna mujer accede a ese alto lugar del poder.

En el gran escenario del pueblo, la plaza Tiananmen, rompiendo con la tradición, Xi Jingping, cálido y sonriente, pronunció un breve discurso subrayando “las enormes responsabilidades” del nuevo equipo y reconociendo que el PCC enfrentaba “graves desafíos”, entre ellos la corrupción. Los nuevos dirigentes se movilizarán para “asegurarle una vida mejor” al pueblo, aseguró en su primer encuentro con la prensa, rodeado de sus seis colegas del CPBP, todos vestidos con trajes negros y corbatas rojas. ¿Será capaz de responder a las aspiraciones de una opinión pública cada día más exigente? Esa que se expresa en la actualidad a través de las redes sociales y condena las catastróficas consecuencias del impetuoso desarrollo sobre el medio ambiente; que exige una mejor distribución de la riqueza y se rebela contra la corrupción en la cumbre del PCC. Por último, esa opinión que protesta contra la expoliación de los campesinos, cuyas tierras son expropiadas sin contrapartida por promotores inmobiliarios o potentados locales…

Por otra parte, el propio PCC analiza con claridad todos esos problemas, considerados cruciales. En el informe final del XVIII Congreso, la constatación es evidente: hay que cambiar de modelo de crecimiento, adoptando el nuevo concepto de “desarrollo científico”. Se considera que este enfoque privilegia la innovación y la investigación, sustituyendo al modelo basado en las exportaciones. Apunta a reducir las diferencias sociales, en especial entre la ciudad y el campo, y a proteger el medio ambiente. En el Congreso se reconoció, sobre todo, que había que actuar con rapidez para evitar un divorcio entre el partido y el pueblo.

Vasto programa para un Presidente que sigue siendo un enigma: ¿Xi Jingping es partidario del statu quo o es el dirigente que China necesita para reformar un sistema casi agotado, sin cuestionar la hegemonía del PCC? En momentos en que ese “hijo de príncipe” toma el mando, la pregunta carece de respuesta.

Este artículo fue originalmente publicado en Les blogs du Diplo http://blog.mondediplo.net/2012-11-16-Chine-une-nouvelle-equipe-mais-pour-quoi-faire

* Periodista, Pekín.

Traducción: Teresa Garufi

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