La política debe cambiar desde el respeto a la vida
La pandemia del coronavirus es un problema mundial. Siento que a partir de esta pandemia el mundo tiene que cambiar. En primer lugar, la salud. Ya no puede seguir siendo un negocio privado, debe ser tratado como un derecho humano; la vida no puede ser una mercancía. Este es un tema que nos gustaría poder plantear en la próxima reunión de las Naciones Unidas. Estamos seguros de que vamos a ganar, pero si no tenemos la oportunidad de llegar a la ONU como gobierno, estoy pensando en hacer un gran evento mundial de los movimientos sociales e indígenas en Bolivia para avanzar en esta línea.
La potencia que encuentre la vacuna creo que va a liderar. Ya sea Estados Unidos, China, Rusia, Europa, nosotros como región debemos negociar con mucha autoridad con quien descubra la vacuna para instalar una planta de esa vacuna en cualquier país de Sudamérica, así seremos fuertes.
¿Cómo analiza la respuesta global de Estados Unidos frente a la pandemia?
Estados Unidos está perdiendo liderazgo mundial, más cuando sigue con sus políticas de bloqueo y de sanción contra algunos países que no comparten las políticas económicas del sistema capitalista. En el pasado, durante la colonia, en esta clase de pandemia, los virus siempre llegaban de Occidente, y detrás de eso llegaba la vacuna. Ahora es todo lo contrario, aparece de Oriente, ojalá venga desde China la cura. Yo no quiero pensar que esta pandemia es parte de una guerra biológica o económica, pero tarde o temprano se sabrá.
Ha sostenido esa posición en varias entrevistas ¿cree realmente que puede haber sido planificado?
Pienso que es así, pero tampoco estoy seguro. Repito nuevamente, tarde o temprano se va a saber de dónde viene y por qué. Oportunamente lo demostrarán los científicos o los agentes de inteligencia.
¿Piensa que ha habido algún tipo de respuesta regional ante la pandemia?
No, para nada. Intentaron reunirse, y algunos países con gobiernos de derecha dijeron nos reunimos, pero sin Maduro. Y aquí todos deberíamos tener, al margen de nuestras diferencias ideológicas, programáticas, culturales, la vida como objetivo. Pienso que, si Unasur estuviera firme, respetando nuestras diferencias ideológicas podríamos haber dado respuesta a esto. En nuestro estatuto constitutivo de la Unasur decía que respetamos a los gobiernos electos por nuestros pueblos. Y no aceptamos golpes de Estado, ni dictaduras. Pero no se respeta en este momento ese estatuto constitutivo. Y ahí aparece Estados Unidos, busca retomar las políticas del Consenso de Washington. Estados Unidos nunca nos va a perdonar que América Latina se haya declarado una zona de paz. El intento de invadir Venezuela terminará en un conflicto armado. Trump, dos o tres veces ha pedido a los presidentes de derecha de la región que acompañen la intervención a Venezuela. Ellos, aún siendo de derecha, le dijeron que América Latina no puede ser el patio trasero. Incluso Michel Temer, ex presidente de Brasil, rechazó la intervención diciendo que no era de izquierda, pero era socialdemócrata.
En ese punto, existe una crítica desde los sectores conservadores que dicen que Unasur desapareció porque era bloque de afinidad política ¿Qué respuesta da a eso?
Dos cosas. Mercosur es un bloque de integración económica. Unasur es una instancia de debate político en base a la soberanía, independencia, dignidad e identidad de nuestros pueblos. Trabajamos juntos, respetamos eso. Claro, cuando la mayoría de los presidentes han sido de derecha, se han puesto de acuerdo para destrozar una instancia de integración. Tenemos que estar integrados. En este momento lo que más necesitamos es Unasur.
¿Piensa que es posible algún tipo de articulación regional más allá de las diferencias políticas?
Ese es el gran desafío que tenemos. No solamente es posible, pienso que es una necesidad. Es una necesidad urgente. Es el caso de Paraguay. Nosotros hicimos buena relación con ese país, por ejemplo cuando me reunía con Nicanor [Duarte Frutos, Partido Colorado, 2003-2008] le decía “usted es derecha, yo de izquierda, yo te respeto todas las políticas, algunas vamos a coincidir, llevemos las que estamos en desacuerdo, no se toca eso, para qué vamos a pelearnos si somos vecinos. Yo lo necesito a usted, usted nos necesita a nosotros, compartimos lo poco que tenemos. En lo que coincidimos hay que avanzar, en lo que no coincidimos, tal vez cuando me gane la derecha, podrán avanzar. Cuando gane la izquierda en Paraguay, entonces también avanzaremos”. Se puede construir, pero hablando de manera sincera, eso es lo más importante. Tenemos que respetar nuestras diferencias ideológicas, unidad sobre todo.
¿Cómo se imagina la región en un futuro cercano?
Pienso que es necesaria una nueva integración basada en la vida. Y eso implica revisar todas las políticas del sistema capitalista. Pienso que las industrias de los medicamentos no pueden estar en manos de las transnacionales, deben estar en manos del Estado o de la OMS, lo mismo con las investigaciones científicas. La pandemia nos debe hacer pensar a la dirigencia política, a los pueblos, cómo cambiar estas políticas desde el respeto a la vida.
* Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur