Ganadores y perdedores de la apertura
Por Maurice Lemoine*
Las negociaciones que China inició con el GATT (Acuerdo General sobre los Aranceles Aduaneros y el Comercio) en 1986, continuaron a partir de 1995 con la Organización Mundial de Comercio (OMC) y concluyeron finalmente en Doha en diciembre de 2001. Mientras tanto, China se convirtió en la séptima potencia exportadora del mundo, en la octava importadora, y su importancia en el comercio mundial se triplicó, superando el 3,5% en 2000. El ingreso en la OMC consolida a China como nación comercialmente favorecida, pero también la obliga a acelerar la apertura global de su mercado. El gobierno se dispone a imponer los dolorosos efectos sociales esgrimiendo las condiciones "exteriores" a cumplir.
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El ingreso de China a la OMC no constituye una ruptura, sino una nueva etapa en la política de liberalización comercial iniciada a fines de la década de 1970. En un principio China puso el acento en las industrias exportadoras, a la vez que mantenía protegidos de la competencia internacional...
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