Brutalidades sexistas en la intimidad familiar
Por Elisabeth Kulakowska*
Aun en sociedades desarrolladas dotadas de adecuados dispositivos legales, no cesa el asombro ante la extensión y la profundidad de las violencias físicas, sexuales y psicológicas perpetradas contra las mujeres en los ámbitos familiar, laboral y público. Esa violencia y su habitual impunidad, extensiva a todas las clases sociales, se sustenta en el persistente dominio social masculino y los consiguientes estereotipos, profundamente interiorizados por las víctimas directas, al punto de trabar su salida de la trampa donde se han encerrado.
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Las violan, las matan, las golpean o las insultan, simplemente por ser mujeres. Anne, con más de cuarenta años, una silueta delgada y bonita, nos cuenta su calvario: «Yo tenía veinte años cuando conocí a Jean-Paul, me enamoré perdidamente de él. Era lindo, seductor, inteligente, divertido. Estaba casado y tenía...
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