La santa alianza
Por Keith Dixon*
La guerra en Irak marcó una ruptura en el derrotero político de Anthony Blair, quien perdió parte de la confianza de sus conciudadanos. Las últimas elecciones (europeas, locales, parciales) fueron desastrosas para el New Labour. Sin embargo, menos preocupado que de costumbre por su imagen pública, Blair mantiene, a cualquier precio, la alianza estratégica con Estados Unidos. Aun cuando pierda terreno ante su rival Gordon Brown (tan atlantista como él) y se arriesgue a desarticular por mucho tiempo al movimiento laborista, cuya ala izquierda deviene simbólica.
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Desde el comienzo de la Guerra Fría, los gobiernos estadounidenses siempre procuraron influir en la evolución de las dos grandes agrupaciones políticas británicas. Algunas corrientes de derechas del Partido Laborista, considerado durante mucho tiempo potencialmente hostil a los intereses estadounidenses, fueron alentadas por Washington, incluso desde el punto de vista...
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