Kosovo
Por Ignacio Ramonet*
El pasado 10 de junio, en el marco de su visita a Europa, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró ante una multitudinaria recepción en Tirana (Albania) que Kosovo debía declarar unilateralmente su independencia y que su gobierno apoyaría tal decisión. Una resolución precipitada y carente de consenso internacional podría reavivar los conflictos étnicos en los Balcanes y provocar graves consecuencias en otros puntos del planeta. Es necesario rechazar con firmeza las pretensiones unilaterales de la actual administración estadounidense. Cuestiones de tal envergadura deben ser negociadas en el marco de la Organización de las Naciones Unidas.
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Irresuelta desde hace ocho años, la espinosa cuestión de Kosovo se instala nuevamente en el corazón de la política internacional. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, alarmó a las cancillerías al declarar, el pasado 10 de junio, embriagado sin lugar a dudas por su recibimiento triunfal en Tirana...
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