El estanciero y su secretario
Por Osvaldo Gallone*
Eran dos escritores de diferente registro estético y de antagónica extracción social; encarnaban personalidades disímiles y hasta contrapuestas. Sin embargo, Ricardo Güiraldes y Roberto Arlt cultivaron una peculiar relación amistosa que tuvo una apariencia laboral.
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Con más frecuencia de lo que se suele imaginar, abundan en la historia (la literaria y la otra) esos puntos de intersección privilegiada en los que el azar hace coincidir a dos personalidades de fuste. Las Vidas paralelas de Plutarco abundan sobre el particular. Más cercano en el tiempo, cabe...
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