La asombrosa normalidad de Bagdad
Por Peter Harling*
Aunque aún es objeto de sangrientos atentados, la capital iraquí recupera poco a poco su ritmo cotidiano previo a la guerra. Pero el conflicto ha dejado sus secuelas: el complejo sistema político emergente se asemeja a un remedo del viejo régimen, las tensiones identitarias se han exacerbado y la sociedad no logra definir un proyecto colectivo.
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Luego de espantosos actos de violencia, que destrozaron cientos de miles de vidas y casi no dejaron a nadie sin una historia trágica que contar, Irak se instala en una nueva normalidad, pero sin tomar una dirección clara, sin permitir que los iraquíes proyecten un futuro. “¿Cómo contar lo que...
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