Una tormenta perfecta
Por Claudio Scaletta*
El deterioro del contexto externo que disparó la corrida cambiaria era previsible. Pese a ello, el gobierno no sólo decidió ignorarlo sino que también adoptó una serie de medidas que profundizan su impacto. La perspectiva de un default o una reestructuración de la deuda dejó de ser un fantasma para convertirse en una posibilidad real.
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Las decisiones de política económica aceleraron el deterioro de la economía. El gobierno falló primero en el diagnóstico de la situación y luego en la elección de los instrumentos para superarla. El resultado es una escalada de la crisis: lo que comenzó como una profundización del rojo de la cuenta...
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