No existe una definición objetiva y transhistórica de la democracia, sino que su significado es el resultado de una pugna discursiva entre fuerzas políticas. Tras la caída de la URSS y la hegemonía del consenso de Washington, se construyó a la democracia liberal como único destino posible para la humanidad. Hoy, esta democracia liberal se encuentra profundamente en crisis como resultado de su "vinculación prostituida" con la economía de libre mercado. El creciente respaldo popular a propuestas autoritarias es el síntoma más saliente de este retroceso institucional.