Un debate pendiente

Conquistada la ampliación de los derechos civiles gracias a la sanción de las leyes de educación sexual, de protección integral de las mujeres y de matrimonio civil para gays y lesbianas -esta última sancionada el 15 de julio pasado-, el impulso por la legalización del aborto -la principal causa de mortalidad materna en Argentina- se presenta como un objetivo coherente. Pero los fundamentalismos religiosos, tras haber perdido la batalla del matrimonio igualitario, aprestan sus armas para un combate que, según sus criterios, resulta mucho más importante. Mientras se multiplican los indicios de una apertura cada vez mayor de la opinión pública a la despenalización del aborto, llega el turno del debate legislativo.