El virus de la inmoralidad
Por Dan Ariely*
Son conocidos los casos de flagrante corrupción, pero las pequeñas acciones deshonestas muchas veces son socialmente percibidas como intrascendentes. El autor denuncia el peligro de subestimarlas ante las serias consecuencias que acarrean.
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El hundimiento de Enron estimuló mi interés en el fenómeno del engaño empresarial –interés que siguió creciendo tras la oleada de escándalos de Kmart, WorldCom, Tyco, Halliburton, Bristol-Myers Squibb, Freddie Mac, Fannie Mae, la crisis financiera de 2008 y, por supuesto, Bernard L. Madoff Investment Securities–. Desde fuera daba la impresión...
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