De la ciudad oligárquica a la ciudad menemista
Por Nicolás Kwiatkowski y Julián Verardi*
La pasión política que suscita la elección del Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires (el tercer presupuesto del país, luego del nacional y el de la provincia de Buenos Aires), ha opacado casi totalmente el debate sobre las necesidades concretas de sus habitantes y, menos evidentemente, algo más: ¿en qué se ha transformado la ciudad? A lo largo de los años, la indiferencia oficial y -todo hay que decirlo- la de sus ciudadanos han determinado una pérdida de personalidad quizá irremediable, visible en sus calles, comercios y bares.
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