Un cuento para recibir el Nobel
Por John Maxwell Coetzee*
El 7 de diciembre de 2003, al recibir el Premio Nobel de Literatura, John Maxwell Coetzee no pronunció el discurso de costumbre, sino que leyó esta ficción enigmática y sutil. Bien podría leerse como acercamiento a la narración: hay pocas narraciones en el mundo, que se reiteran bajo múltiples formas; sobre todo como reflexión sobre la tarea de escribir y la soledad de la existencia. Una metáfora de la escritura.
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Pero volviendo a mi nuevo compañero. Estaba encantado con él, y me propuse enseñarle todo lo que correspondía para que fuera útil, diestro y servicial; pero sobre todo para hacer que hablara y me entendiera cuando yo hablaba; y fue el estudiante más apto que haya existido.
Daniel Defoe, Robinson Crusoe.
Boston,...
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