El espejismo nuclear francés
Por Constant Delatte y Paola Ramírez Orozco Souël*
El 10 de septiembre pasado, el presidente francés Nicolas Sarkozy anunció el establecimiento de un nuevo impuesto: la "tasa de carbono". Esta medida, que a partir de 2010 grava las emisiones de carbono en Francia, intenta mitigar el cambio climático, pero tendrá como principal efecto favorecer la energía nuclear. Francia, a contramano del avance hacia la autonomía energética de Alemania, Cuba, España y Marruecos, sigue sosteniendo un modelo de desarrollo económico no sustentable asentado en energías no renovables. Un panorama poco promisorio para las generaciones futuras.

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En materia energética y medioambiental, a falta de ambición, la Unión Europea se fijó objetivos mínimos. Sin otra lógica que el atractivo de la cifra, pretende reducir en un 20% la emisión de gases con efecto invernadero (GEI), ganar un 20% de «eficacia energética» y aumentar en 20% el consumo...
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