La policía, socio y árbitro de los negocios criminales
Por Marcelo Fabián Sain*
Regular significa ajustar el funcionamiento de un sistema o agrupamiento a determinados fines mediante la imposición de un conjunto de reglas o normas y velar por el efectivo cumplimiento de las mismas por parte de los sujetos del sistema o agrupamiento. Precisamente eso es lo que hace la policía cuando regula actividades delictivas: ajusta, pauta, permite, omite, prohíbe, reprime, protege, hace, deja hacer... todo al mismo tiempo.
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La regulación delictiva de la policía comprende una combinación de acciones aparentemente contradictorias pero que, en verdad, son complementarias entre sí. Por un lado, permite una cierta criminalidad mediante un pacto manifiesto con los delincuentes en el que se acuerda cómo y cuándo se llevan a cabo las actividades ilícitas...
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