Un tranvía llamado esquizofrenia
Por Philippe Rekacewicz y Dominique Vidal, enviados especiales*
En 1902 Theodor Herzl soñaba con un tranvía para Jerusalén como símbolo de la modernidad. Actualmente un consorcio franco-israelí está abocado a la construcción de ese proyecto que a partir de 2009 transportaría 150.000 pasajeros por día. Presentado como un transporte para tiempos de paz, el proyecto es considerado discriminatorio y rechazado por violar el derecho internacional debido a un trazado ilegal.
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Funcionará recién en 2009, pero ya se lo ve en las paredes de Jerusalén: publicidades multicolores muestran un tranvía recorriendo la muralla de la vieja ciudad. La más extraña de ellas incluye a un Theodor Herzl contemplativo. Esta elección nada tiene de casual: en su libro Altneuland, publicado en 1902,...
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