El cine del desasosiego
Por Javier Porta Fouz*
Arte de la ensoñación, la fantasía y la huida de la realidad cotidiana, el cine también se ha hecho eco de todo lo contrario: los grandes problemas que afectan al hombre y las sociedades. No es de extrañar, entonces, que en los últimos años y de manera creciente se haya convertido en vehículo del profundo malestar de nuestra civilización ante peligros como el poder totalitario de las corporaciones, los productos cada vez más sospechosos de la industria alimenticia, la comida rápida, la contaminación, los cultivos transgénicos y muchas otras amenazas.

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«Nada impide al cine estudiar los problemas sociales, tanto económicos como artísticos y morales. El filme tiene tales poderosos y personales medios de exponer y comentar un pensamiento, que no puede desinteresarse más de aquel campo de actividad. El cine siente hoy hambre de dignidad. Las más delicadas ideas, las...
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