El cine cambia su piel
Por Javier Porta Fouz*
A mediados del siglo XX, el cine era el arte masivo por excelencia. A fines de los años ochenta, un arte agonizante y casi sin público. Hoy en día, aunque muy lejos de las cifras de los años de máxima bonanza, se vive una recuperación de la afluencia de espectadores. Este artículo explora algunas de las causas de aquella gran caída y de este más modesto ascenso.
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En 1964, en su primera semana de exhibición en Buenos Aires, El silencio, de Ingmar Bergman, llevó 31.050 espectadores (1). ¿Con cuántas copias? Con una, en el cine Luxor, ese que estaba en la calle Lavalle decorado con motivos egipcios. Evidentemente, la película fue un éxito destacable (fue un escándalo,...
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