Brasil sangra
Por Marcelo Falak*
La destitución de Dilma Rousseff no ha logrado frenar la implosión institucional que vive Brasil, que amenaza conducir al país por el camino de una lenta agonía, con una clase política corrupta abroquelada en defensa de sus privilegios, y con un creciente conflicto de poderes en puerta.

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Pese a lo traumática que fue, pese al debate interminable que suscitó sobre si se había tratado o no de un “golpe institucional” (con perdón del oxímoron) y pese al modo en que devaluó el voto popular en beneficio de una casta política terminalmente sospechada, la destitución de Dilma Rousseff...
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