Los funcionarios japoneses se matan trabajando

Por Yuta Yagishita*

Lejos del cliché del agente estatal que vive a salvo de las vicisitudes de la existencia, los altos funcionarios japoneses trabajan bajo condiciones agotadoras, realizando hasta trescientas horas extra por mes. Las leyes sociales no se aplican en su caso. Muchos abandonan los ministerios, provocando una inédita crisis de la función pública.

Philip Lorca diCorcia, Tokyo, 1994 (fragmento)

Una y media de la madrugada. En el barrio de Kasumigaseki, en Tokio, sede de la mayoría de las instituciones del país, interminables filas de taxis rodean los imponentes edificios de los ministerios. Perdido el último subterráneo, los funcionarios caminan a paso cansado y se desploman en los autos, que...

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