Cables submarinos, una cuestión de Estados
Por Charles Perragin y Guillaume Renouard*
El sueño “libertario” de una Internet regulada sólo por empresas privadas se diluye. Los Estados, antes impotentes frente a un fenómeno que no comprendían, vuelven a posicionarse en el terreno digital. Y crece su dominio sobre la arquitectura física de la Red, todo un desafío de soberanía y poder en el siglo XXI.

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La Wehrmacht la llamaba Martha. Hoy, un caparazón oxidado esconde el gris del hormigón. Sobre la ruta que bordea el gran puerto marítimo de Marsella en dirección a L’Estaque, la antigua base submarina nazi quedó abandonada por más de 70 años. El búnker inconcluso sirvió de prisión militar de los...
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