El largo camino hacia un teléfono justo
Por Emmanuel Raoul*
La producción de los smartphones se caracteriza por estar sembrada de conflictos: desde el financiamiento a las milicias para extraer minerales en la República Democrática del Congo hasta las deplorables condiciones de trabajo en las fábricas de ensamblaje asiáticas. Una empresa social holandesa ha decidido rebelarse contra este modelo.

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Con mil cuatrocientos millones de equipos fabricados en 2015 (1), el smartphone (“teléfono inteligente”) se ha convertido en un producto emblemático de la economía globalizada, resumida al dorso de cada iPhone con la siguiente frase: “Diseñado en California, ensamblado en China”. Las dos marcas principales, Apple (231 millones de equipos...
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