Mentiras de Estado
Por Ignacio Ramonet*
Simulación y engaño siempre fueron armas para vencer en una guerra. Ahora, en cambio, se apela a ellas para provocarla. Y para presentarla al mundo. Las revelaciones respecto de la conducta del presidente George W. Bush -acompañado sin chistar por Anthony Blair y José María Aznar- indican una novedad aun en el nutrido historial de patrañas de EE.UU. en circunstancias análogas. Difundidas a escala planetaria por los medios masivos de comunicación y repetidas por intelectuales, analistas y gobernantes, esas falacias para inducir y justificar la invasión a Irak constituyen una herida severa a la democracia y al derecho humano a la información en todo el mundo.

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“Antes que proferir una inexactitud,
prefiero morir”.
George Washington
Es la vieja historia del ladrón que grita: “¡Atrapen al ladrón!”. ¿Cómo era que había titulado George W. Bush el célebre informe de acusación contra Saddam Hussein que presentó el 12 de septiembre de 2002 ante el Consejo de Seguridad de la ONU?: “Una...
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