La canícula reveladora de una salud enferma
Por Martin Winckler*
Hicieron falta miles de muertos para que el gobierno y la sociedad francesa descubrieran el desamparo de muchos ancianos. Ahora, se promete restablecer las ayudas que les estaban dedicadas y que fueron reducidas. Pero no se reconsideran la reducción planificada de las jubilaciones, ni la reducción de los créditos a los sistemas sanitarios.
POST TYPE: post
La canícula del mes de agosto de 2003 puso en evidencia las carencias de Francia no sólo en cuanto a política sanitaria, sino también en otros varios ámbitos: recopilación de datos epidemiológicos, comunicación institucional, inserción de la gente de mayor edad. Ya sean «naturales» (terremotos, inundaciones) o causados por...
Si querés seguir leyendo
O
Si ya sos suscriptor,
entrá aquí
Más notas de la edición Edición SEPTIEMBRE 2003
Destacadas del archivo




