Estado de emergencia permanente
Por Philip S. Golub*
Tribunales de excepción, tortura, cárceles secretas, parlamentos fagocitados por los ejecutivos, escuchas ilegales: en nombre de los imperativos de seguridad, las conquistas de la democracia liberal son corroídas una a una en Estados Unidos y en el Reino Unido. La "guerra contra el terrorismo" y el estado de excepción amplifican el doble movimiento de autonomización y concentración del ejecutivo.
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Rara vez fue tan grande la distancia entre democracia real y democracia formal. En todas partes -o en casi todas-, poderes ejecutivos débilmente legitimados gobiernan desde hace años sin -y a menudo contra- el consentimiento popular en países democráticos «avanzados». En Francia, Reino Unido, Estados Unidos y otros lugares, el...
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