La guerra contra el planeta

En un sentido estricto, las catástrofes naturales no existen. En la mayoría de los casos son los hombres –o, con más precisión, los sistemas político-económicos que los rigen– los responsables de los daños que provocan, de la desigual distribución de éstos entre los diferentes grupos sociales y de la obstinada repetición de políticas erróneas puestas de manifiesto por la experiencia acumulada.

Los desastres ecológicos no son un invento actual, aunque sus efectos se han potenciado a causa de un desarrollismo ciego que desprecia ciertos equilibrios naturales, al mismo tiempo que se fortalece la conciencia de sectores de la sociedad cada día más grandes acerca de los peligros que representan para el futuro inmediato de la humanidad.

Antonio Elio Brailovsky, uno de los grandes especialistas argentinos en el tema, recorre de manera rigurosa un conjunto representativo de desastres ecológicos a lo largo de la historia, que llegan hasta los de nuestro país en la actualidad. Incluso va mucho más allá: configura una verdadera guía y señal de alarma para evitar las eventuales tragedias del futuro.