El año de Milei
Sobre fin de año, y comprobando una vez más que muchos de los sacudones económicos suceden en verano (la llegada de Sourrouille, el estallido del Plan Primavera, el Plan Bonex, el fin de la convertibilidad), Javier Milei anunció un megadecreto que pretende derogar de un plumazo más de 300 leyes y que, según dijo al día siguiente, será completado con un conjunto de proyectos que enviará al Congreso. La iniciativa, que implica en los hechos una reforma del Estado y una transformación profunda del régimen económico y laboral, con impactos sobre prácticamente todos los mercados y actividades, supone el verdadero inicio del gobierno libertario. Si hasta el momento el ajuste de Luis Caputo aparecía como una política regresiva y dañina pero típicamente neoliberal, algo de algún modo conocido, el decreto anunciado el miércoles por la noche es muy otra cosa: es un intento por conmover de raíz las estructuras de la Argentina.
Pero por decidida que sea una política nunca puede ser solo una emanación de la intención del líder. Aunque el objetivo general del decreto es claro, el camino de su implementación parece menos simple, en la medida en que activa el rechazo de buena parte de la sociedad y de importantes actores sociales, sindicales y económicos. ¿Es posible un giro como el que pretende Milei? ¿Es factible? Las investigaciones académicas sobre el éxito reformista de Menem en los 90 en comparación con el fracaso de Macri hace unos años identifican varios factores, como la profundidad de la crisis de la que partió cada uno o su pertenencia partidaria, pero ponen el foco en un aspecto fundamental: la capacidad de los líderes de neutralizar las “coaliciones de veto” que se forman para bloquear las reformas. En el caso de Menem, el impacto positivo general de la convertibilidad y la distribución de beneficios sectoriales permitió llevar el neoliberalismo al extremo, mientras que Macri no logró evitar que se formara un amplio frente que lo terminó condenando a la impotencia gradualista.
Con el decreto del miércoles, Milei busca evitar el destino trágico de Macri, mostrando una audacia -o una temeridad- realmente novedosas y confirmando que, como venimos insistiendo en Le Monde diplomatique, su irrupción no es parte de una continuidad histórica sino el inicio de una nueva etapa política. Fue, sin dudas, su año, el año de Milei: de las diez notas más leídas en El Dipló, siete aluden de alguna manera a su figura, su programa o la extrema derecha, y solo tres hablan de otras cosas (el conflicto Israel-Palestina y Bukele). Y es que es difícil hablar de otra cosa: la edición de enero, en la que ya estamos trabajando, incluirá un dossier sobre el cambio de régimen económico que intenta decretar el presidente. Estará disponible en los kioscos y en la web el viernes que viene. Mientras, te dejamos el ranking.
1. El puñal | José Natanson
El triunfo de Javier Milei revela cambios sociales que recién estamos empezando a comprender. Una sociedad astillada, golpeada por la crisis económica y la pandemia, que manifiesta su bronca pero que también expresa un deseo de reseteo profundo, una necesidad de shock.
2. Milei, la cosa y las causas | Fernando Rosso
3. Las mil flores libertarias | Pablo Semán y Nicolás Welschinger
4. La sociedad y el «plan motosierra» | Gonzalo Assusa, Gabriel Kessler y Gabriel Vommaro
5. Las PASO del fin de la grieta | Julio Burdman
6. ¿Por qué fracasó la paz entre Israel y Palestina? | Ezequiel Kopel
7. La dolarización es un camino a los patacones | Claudio Scaletta
8. La nueva ultraderecha y la rebelión de las masas conspiranoicas | Ignacio Ramonet
9. Imposible Estado palestino | Thomas Vescovi
10. Éxito y terror del modelo Bukele | Jordana Timerman
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur